Las cosas que ocurren en seis meses. Ya repuesto del tráfago postelectoral vale la pena actualizarnos: En México, un proceso comicial de pesadilla (culpable en parte de la prolongada ausencia en este blog). En el ajedrez, Kramnik es el campeón mundial absoluto, título que ganó como todo un luchador y caballero, a pesar de las marrullerías del equipo contrario. En el plano personal, dos torneos por equipos un tanto irregulares.
El primero con un score individual de 4 de 6 y 3 de 5 en el Nacional por Equipos. Más allá de los resultados, que son circunstanciales como muchas otras cosas en la vida, lo trascendental siempre será la convivencia con excelentes amigos como lo son mis coequiperos Jorge, Pío, Jaime, Alonso, Grecia y Alan.
El plato principal de temporada fue el Festival de Ajedrez de la Ciudad de México con más de 13 mil participantes en simultáneas y un nuevo récord mundial. Karpov vino, vio y venció en tres exhibiciones en Aguascalientes, Distrito Federal y Pachuca y firmó 1951 libros en honor al año de su nacimiento.
KARPOV, DIRECTOR DE ORQUESTA. Al cierre
del evento con miembros de la Filarmónica.
Fotos: Chess Corner
Quizá la publicidad se ha centrado demasiado en los nombres de Kasparov y Fischer por sus estilos agresivos, pero Karpov bien merece un lugar entre los cinco mejores jugadores de todos los tiempos. Es, nada menos, el ajedrecista que más torneos ha ganado a nivel individual.
Incluso Kasparov, en el volumen de su libro My Great Predecessors acerca de Fischer, considera que de haberse jugado el match Karpov-Fischer en 1975, el norteamericano hubiera encontrado serios problemas para batir a un joven Karpov, debido a la fortaleza teórica del ruso y la falta de motivación que aparentemente acusó Fischer una vez que alcanzó la cima.
Además, a decir de Kasparov, el juego de Fischer luego de su retiro jamás volvió a recuperar su brillantez, a diferencia de Karpov, que aún muchos años después perder el título mundial, continuó ganando torneos al más alto nivel.
En el cuadrangular de grandes maestros que tuvo lugar en el Festival de Ajedrez, Karjakin quedó por encima de Korchnoi, Kosteniuk y Gilberto Hernández. El joven ucraniano tiene la marca mundial del Gran Maestro Internacional más joven de la historia, título que obtuvo a los 12 años 7 meses. Kariakin es un claro candidato a campeón mundial y también un prototipo del ajedrecista del futuro. En entrevistas con medios mexicanos reveló basar gran parte de su entrenamiento en el trabajo con ordenadores y en sus visitas continuas al ajedrez en Internet en playchess.com.
KARJAKIN. El "chaval" que luce sereno, sencillo
y confiado rumbo a la cúspide
Sobre la participación de la gente el 22 de octubre, es muy estimulante ver todo el fenómeno que se dio en torno al Zócalo: Familias enteras como espectadores o participantes, 700 ajedrecistas frecuentes, algunos de los cuales hicimos las veces de maestros en las simultáneas y un reconocimiento social del público al esfuerzo que dimos ante unos 20 o 30 tableros y hasta el clásico “lleve, lleve” feliz porque vendió muchos libros sobre cómo hacerse Gran Maestro en diez minutos.
Fue un espectáculo muy típico de México: Lleno a reventar, gritos, chiflidos, humores, energía, niños llorones, colas enormes para todo, tacos de canasta infames, aguas frescas, en fin. Cualquiera que haya pisado este Valle puede imaginar el cuadro. Pero eso era al fin lo importante. Popularizar el ajedrez y ayudar a que este sea un medio de elevación intelectual de la sociedad. Quizá eso sea lo necesario en una época de inmisericorde bombardeo mediático. Que la gente salga a las calles a crear sus alternativas, que genere ideas propias, descubra otros mundos y que aprenda y enseñe lo que tenga que mostrar a los demás en un marco de alegría, despreocupación y sana convivencia.
HERMOSA, INTELIGENTE Y AMABLE.
¿Se puede pedir algo más en Kosteniuk?
KORCHNOI. Un ejemplo admirable de tenacidad
y pasión por el ajedrez
CONTRA 20
Esta vez, las simultáneas fueron mejor para mí con 19 victorias y un empate. Contra lo que dice el marcador final, hubo unas cinco partidas equilibradas. Lo mejor, es que la asistencia superó por mucho las expectativas de los organizadores, lo cual indica que el ajedrez sólo necesita un pequeño detonador para seguir floreciendo en México.