¡Practique simultáneas!

Jugar contra varios tableros al mismo tiempo es una práctica muy recomendable para cualquier nivel. Aún un jugador de unos 1500 puntos de rating debería intentarlo.

Un buen ajedrecista debe ser “todo terreno”. Es decir, ser capaz de resolver cualquier situación que se presente en el tablero y por ello, las simultáneas son un buen recurso de entrenamiento. Con el tiempo escaso, se requiere mucha imaginación para encontrar secuencias efectivas y detectar los peligros de cada posición.

Dos veces he realizado este experimento, la primera vez jugando contra 11 tableros en Pachuca y la última contra 13 en Xalapa. El número ideal para un maestro es de 25 a 40 tableros al mismo tiempo. En realidad, el resultado que se pueda obtener no tiene ninguna importancia, sino que el simultaneísta vea en su interior cómo se desarrollan sus procesos mentales.

En Xalapa gané 7, empaté 3 y perdí 3. Aunque creo que un resultado justo hubiera sido ganar 8, perder dos y empatar 3, me interesó mucho cómo la mente toma una fotografía instantánea de la posición y ya se sabe qué hacer en la siguiente jugada. Desde luego, aún los expertos juegan de manera un tanto conservadora, porque el sentido de las simultáneas es jugar sólido, antes que aventurarse en la jungla de los sacrificios.

Por ejemplo, descubrí -en el análisis posterior de las simultáneas- que perdí una partida que pude haber ganado si hubiera hecho un sacrificio de torre espectacular que llevaba a un mate forzado en 4 jugadas. ¡Probablemente hubiera visto esa combinación en una situación normal!

Caben mencionar dos precauciones finales: Es necesario que los rivales sólo tengan la opción de pasar el turno una vez (a veces se da esta opción para que el otro jugador pueda pensar más en situaciones críticas). La segunda recomendación es prevenir a los participantes de no hacer comentarios de las partidas entre sí, porque no es raro que los espectadores se pongan a resolver las partidas “en equipo”.

En cualquier caso, me parece que todo jugador con aspiraciones serias debe entrarle a esta práctica, no sólo por su efectividad, sino porque es una de las modalidades que resultan más atractivas para el público en general.

El valor de evitar un final incómodo

En la última ronda del torneo Alejandro Báez me ocurrió algo inusitado en 18 años, algo intermitentes, de jugar en torneos. Con 58 segundos de tiempo más 10 segundos por jugada de incremento, estuve a punto de verme obligado a dar mate con alfil y caballo. Sin temor a equivocarme, este tipo de mates ocurre una vez en millones de partidas, pero aún los maestros le tienen algo de aversión a tener que entrar en dificultades de este tipo.

La técnica de este mate es empujar al rey contrario a la casilla del color del alfil, pero hacer toda la maniobra para llevar al adversario a ese rincón puede llevar de 15 a 35 movimientos. ¡Un auténtico fastidio tomando en cuenta la terrible presión del tiempo!

Hay casos en que aún jugadores con título internacional no encontraron la fórmula para matar al rey con alfil y caballo. Botvinnik sugería quitarle el título a todo aquel que no pudiera lograrlo:

Juegan negras y ganan

Aquí, el blanco está completamente perdido, pero aún puede molestar forzando a un mate de alfil y caballo. Para evitarlo, el negro tiene que cuidar con todo a su peón de f5. Tras la jugada lógica Bxh4+ el blanco puede continuar Kf5, Bxf2, Kxf5 y ahora el negro tendrá que eliminar al peón de f3 e iniciar la persecución hasta a1 o h8. Por esa razón, decidí jugar Ng6 y ahora sí, con mi peoncito seguro, tomar el peón de h4 con el alfil.

Y en realidad, uno de los aprendizajes más importantes que se pueden tomar de estas situaciones es que cuando la partida está ganada, no hay que presionarse en exceso. La presa no va a ir algún lado y siempre es necesario encontar la forma más directa y cómoda para ganar. En otras palabras, tomar el peón inmediatamente hubiera significado una reacción demasiado impulsiva en una posición de todas formas ganada. Por el contrario, el adversario bien podría optar por "pescar en río revuelto" en una posición sin salvación.

Al final, mi contrincante jugó incorrectamente, perdió casi sin lucha su peón de f3 (que era otro dique defensivo para él) y finalmente perdió por tiempo, cuando mi peón milagroso estaba a punto de convertirse en una bella dama. ¡Las cosas que pasan en las partidas semiactivas!

Un éxito, el torneo Alejandro Báez en el DF

Ni duda cabe que el Distrito Federal es el centro de gravitación del ajedrez en México. El torneo Alejandro Báez Graybelt, organizado por el Centro de Alto Rendimiento logró lo que ninguno hasta ahora: Conjuntar en un rápido evento de fin de semana al equipo que representará a México en la Olimpiada de Ajedrez a celebrarse en Turín en mayo.

El campeón cubano-mexicano Juan Carlos González, acostumbrado a ganar

La nota del torneo fue la participación del GM Juan Carlos González, el mejor de México en la actualidad; el GM macedonio Nikola Mitkov, y el GM Gilberto Hernández, de San Luis Potosí, quienes iniciaron como favoritos e hicieron válido el pronóstico. El GM José González retornó después de una larga ausencia en el país y destacaron también las actuaciones de los MIs Rafael Espinosa y Guillermo Domínguez, joven promesa que con seguridad representará a México con solvencia.

Fue también el preludio de lo que nos espera en Semana Santa para el Nacional Abierto. Por bien del ajedrez nacional, la actividad se está revitalizando en la ciudad poco a poco con este tipo de eventos. La sala de juego en el "Alejandro Báez" tuvo las mejores condiciones: Amplia, bien decorada e iluminada, pero sobre todo permitió a los aficionados ver las partidas sin necesidad de una aglomeración excesiva.

Nikola Mitkov. Los invitados
internacionales se están haciendo
una saludable costumbre en el medio

Otra de las cuestiones que hay que destacar es que cada vez se da mayor importancia a la participación de jugadores internacionales y eso puede ser muy estimulante para que en el medio local comparemos y aprendamos de estilos diferentes.

Es de mucho mayor provecho que los jugadores internacionales interactúen en México en vez de jugar en torneos cerrados donde participamos los nacionales como simples espectadores. Desde luego, presenciar torneos de élite como el Linares-Morelia es una experiencia muy didáctica, pero para la formación de profesionales del ajedrez, haría falta la oportunidad de un mayor roce internacional.

Gilberto Hernández. El GM se declara orgullosamente
potosino y demuestra estar a punto para Turín

Para nadie es un secreto que las generaciones de ajedrecistas mexicanos están creciendo en edad y hace falta un mayor impulso para que se den los relevos adecuados. En lo personal, me da mucho gusto que jóvenes talentos compitan con éxito en la categoría internacional, obteniendo resultados encomiables.

Si se pudieran hacer más torneos de esta calidad al año, el ajedrez en México estaría en más condiciones para crecer. Muchos niños y niñas entrenados en el Centro de Alto Rendimiento "Alejandro Báez" y otros sitios empiezan a mostrar sus cualidades para la competencia.

En resumen, lo que necesitamos es torneos, torneos y más torneos.

Mi participación en el torneo

Aunque no me considero un jugador especialmente veloz, definitivamente me gusta mucho el ritmo de juego con incremento (45 minutos más quince segundos por jugada) porque el tiempo te rinde para hacer evaluaciones más o menos profundas de cada posición. En general me fue bien. Obtuve el tercer lugar en la categoría de expertos (gané cuatro, empaté una y perdí una), que estaba repleta de jugadores muy sólidos.

Todas mis partidas en general fueron niveladas, con tensión, emociones e interesantes complicaciones tácticas y estratégicas. Próximamente veremos una posición de final con alfil y caballo de la cual saqué muy buenas conclusiones.